Jáchal no se toca

Asamblea Jáchal no se toca

El agua pura es un bien de todos. La contaminación la transforma en un mal para todos.

El pueblo de Jáchal, desde que se instaló en 2003 la empresa Barrick Gold con su mina Veladero, en las nacientes de su río, tuvo el temor que esto pusiera en peligro el agua que calmó la sed de sus antepasados durante 800 años. Ese peligro se transfiguró en contaminación concreta de la cuenca del río Jáchal, un día de septiembre de 2015, envenenando su agua con cianuro y mercurio.

Las mega-mineras y los distintos gobernantes lograron en pocos años interrumpir esa loable función de dar vida a lo largo de todo su recorrido desde que habitaban estas tierras Capayanes y Yacampis.
Por eso nosotros, los integrantes de la Asamblea “Jáchal no se toca”, no olvidamos que el pueblo de Jáchal se forjó con trigales y alfalfares custodiados por este río que recorre desde tiempos remotos su cauce tradicional.
Ese río que vio germinar asentamientos de originarios hace 800 años a lo largo de sus venas. Ese río que vio el nacimiento de este nuevo caserío llamado Jáchal, allá por 1.700. Ese río que vio con satisfacción cómo se iban abriendo paso los pueblitos a través de su sendero.
Ese mismo río que después de miles de años de generar vida vegetal y animal, vio como ultrajaron su seno, contaminándolo con cianuro y mercurio.
Ese mismo río que vio como las empresas mineras canadienses y chinas, y sus correspondientes cipayos dejaban agriar sus aguas.
Ese río que está herido de muerte por el estilete de un par de extranjeros desalmados, que instalaron la megaminería sobre nuestros glaciares cordilleranos.
Ese río que está disgustado con los cipayos que dirigen los destinos de nuestro pueblo, porque lo entregaron para que lo sacrifiquen.
Nosotros le pedimos a nuestro río Jáchal que no se rinda, porque nuestro pueblo lo necesita restaurado. Pero también entendemos que nuestro río no se puede defender sólo. Por eso muchas familias jachalleras decidimos defender nuestras fuentes de agua por nuestros hijos y nietos. Por ello instalamos desde octubre de 2015 una carpa en la plaza pública como símbolo de reclamo de justicia, enfrente del poder gobernante, y como emblema de la decisión de proteger la última fuente de agua que le queda a los niños jachalleros: el Acuífero de Huachi.
Desde nuestra asamblea, hemos golpeado puertas en todas las instituciones, hemos caminado por las calles de Jáchal, siendo miles a un sólo grito: “Jáchal no se toca”. Hemos caminado casi 200 km por la ruta 40 para llevar nuestro reclamo de cierre de la ilegal mina Veladero a las puertas de la casa de gobierno de la provincia de San Juan. Hemos andando 1.400 km en bicicleta para entregar en la Casa Rosada, en el corazón de Buenos Aires, miles de firmas para pedir la aplicación plena de la Ley Nacional de Glaciares, para que se respeten y protejan todas esas reservas estratégicas de agua. Hemos investigado, solicitado y denunciado, hemos acompañado otras luchas como la nuestra.

La defensa del agua la sostenemos con la colaboración del pueblo, sin partidos políticos, empresas o entidades oficiales. Siempre refugiados bajo la carpa, símbolo del reclamo ante la injusticia y contra la impunidad. Seguimos defendiendo Huachi, porque no les bastó con envenenarnos el Río Jáchal, también quieren envenenarnos el Acuífero de Huachi, que es la única fuente de agua pura que nos queda a los jachalleros. Y ahora también quieren avanzar con el ilegal proyecto minero Josemaría que, en plena crisis hídrica, va a consumir cinco veces más agua que Veladero. Por eso seguimos resistiendo con más fuerza en la carpa de Jáchal, después de más de 5 años de su instalación frente al edificio municipal.
Por todo esto, como integrantes de la Asamblea “Jáchal no se toca”, y como madres y padres de familia, les pedimos a todos que defiendan la Ley Nacional de Protección de Glaciares, que sigue siendo violada por Veladero y ahora por Josemaría, porque esos cuerpos de hielo son de todos, porque es la única forma de defender las nacientes de los ríos y las recargas de los acuíferos que permiten la vida en estos oasis cordilleranos.
Por eso, a todos los pueblos que todavía están a salvo de la megaminería, les pedimos que asimilen nuestro mal ejemplo y no dejen entrar la megaminería en las nacientes de sus ríos y acuíferos, ni sobre sus acuíferos, ni en la cordillera ni en la meseta, porque la grandísima cantidad de agua que consume la megaminería queda inservible. Y les imploramos que rechacen y repudien el modelo extractivista minero que nos dejará sin agua para nuestros hijos y nuestros nietos…porque todos sabemos que, en esta tierra sanjuanina, una vez que entraron las megamineras se contaminó las fuentes de agua y las fuentes de información periodísticas. Se contaminó el aire, el ambiente, y también las universidades y las iglesias, y la sociedad toda. Todos los valores se trastocaron.
Los glaciares están en peligro. El agua está en peligro. La vida está en peligro. Defendámosla.
22 de marzo de 2021 Día Mundial del Agua